miércoles, 28 de agosto de 2013

Justicia, Memoria y Reparación

Diez años ya desde que la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) hizo entrega pública de su Informe Final (IF). La historia de lo que ocurrió en el Perú entre mayo del años 1980 y noviembre del año 2000 con más de 17000 testimonios  de víctimas, recomendaciones y conclusiones.  Casi 70 mil Peruanas y Peruanos muertos o desparecidos. Más de la mitad culpa de las hordas terroristas, más de un tercio culpa de los agentes del Estado (PNP, FFAA, CAD).
 
Ya hoy el Registro Único de Victimas (RUV) del Consejo de Reparaciones (CR) acredita casi 200 mil víctimas directas e indirectas del CAI, entre muertos, desparecidos, torturados, personas que sufrieron violación sexual u otros tipos de afectación. Un Registro, que a pesar de la voluntad de las personas del CR ha sufrido fuertes problemas de falta de financiamiento que le posibilite descentralizar mejor su trabajo y llegar a zonas afectadas muy distantes geográficamente.
Miles de víctimas que solo buscan Justicia, Memoria y Reparación. Una reparación que a los largo de los últimos gobiernos ha sido prácticamente dejada de lado, incluyendo a este gobierno, a pesar de las promesas iniciales del señor Ollanta Humala. Una reparación económica que no consideran justa y que aun así solo ha sido entregada a un tercio de las víctimas, reparaciones en educación que no llegan ni al 10% de los beneficiarios, reparaciones en vivienda inexistentes  o incluso intentos de reparación simbólica fuertemente criticados por la derecha y el fujimorismo con la complicidad de muchos medios de comunicación.
Pero hay voluntad de muchos, lo demuestra el Gobierno Regional de Junín o la Municipalidad Metropolitana de Lima, ambos con avances en memoria y reparación. Hay mucha gente aun luchando, hay mucha gente aun apoyando, hay partidos que aun levantamos el tema como bandera de lucha y propuestas programáticas. No podemos permitir que las victimas esperen más años, tenemos que seguir exigiéndole reparaciones y sensibilizando a las autoridades regionales y locales, tenemos que seguir exigiendo Justica, tenemos que lograr que el Gobierno Central, que el señor Ollanta Humala deje de agachar la cabeza ante el señor Castilla y se aumente la reparación económica a las víctimas, una reparación que sea justa y reconozca, al menos en parte, la larga espera y sufrimiento. Justicia, Reparación y Memoria,  son claves para la reconciliación.

jueves, 8 de agosto de 2013

La Municipalidad de Lima y las Reparaciones Simbólicas

El Programa de Reparaciones Simbólicas está incluido en la ley que crea el Plan Integral de Reparaciones (PIR), Ley N.° 28592, y también en su Reglamento. Este programa considera como beneficiarias a todas las víctimas del Conflicto Armado Interno (CAI) que vivió el Perú en el periodo de 1980 a 2000.
 
El objetivo de este programa es contribuir a la restauración del lazo social quebrado por el proceso de violencia, entre el Estado y las personas y entre las personas mismas, a través del reconocimiento público del daño que les infligió la acción de los grupos subversivos y la acción u omisión del Estado. De esta manera se busca generar la reconciliación nacional de la sociedad peruana con las víctimas.
 
De acuerdo con el marco legal existente y vigente en nuestro país (Reglamento PIR art. 2 y art. 53, LOM, LOGR), es pertinente que tanto los gobiernos regionales así como los gobiernos locales trabajen de manera más efectiva en el PIR, por lo tanto es acorde con sus funciones la ejecución de actividades, proyectos u otras acciones, para el Programa de Reparaciones Simbólicas.
 
Las modalidades de dicho programa son las siguientes:
 
  1. Los gestos públicos, que comprenden las disculpas al país por parte de los representantes de los poderes del Estado, cartas a las víctimas o a sus familiares, ceremonias públicas para la difusión masiva del Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR)
  2. Los actos de reconocimiento, que comprenden el reconocimiento de todas las víctimas del proceso de violencia, de los inocentes que sufrieron prisión, de los líderes sociales y autoridades civiles, de los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, de los gobiernos locales, de los miembros de los Comités de Autodefensa, de las organizaciones de afectados por el proceso de violencia y de las organizaciones comprometidas con la defensa de los derechos humanos y las comunidades
  3. Los actos que conduzcan hacia la reconciliación pueden comprender cambios en los símbolos asociados con la violencia en los territorios afectados y sustitución de los símbolos de violación de los derechos humanos por actos simbólicos como el cierre o reacondicionamiento de los penales donde se realizaron violaciones, a propuesta y en coordinación con los afectados
  4. Los recordatorios a los héroes de la pacificación asignando nombres a las calles, plazas de la comunidad, puentes, carreteras, distritos o regiones, a propuesta y en coordinación con los afectados
  5. La inclusión como “Héroes por la Paz” de las víctimas fallecidas inscritas en el RUV
  6. La declaratoria del 28 de agosto de cada año como el “Día del Homenaje a Todas las Víctimas de la Violencia”.
Los actos de memoria no están considerados de manera específica por el Programa de Reparaciones Simbólicas, pero que están enmarcados en dicho programa. Estos son aquellos ejercicios de recuperación de la memoria histórica de los hechos transcendidos durante el CAI (1980-2000), e incluso están considerados en los “lineamientos generales del Programa de Reparaciones Colectivas” como “ejercicios de memoria comunal”. Estos actos, por su carácter narrativo, encajan en este tipo de reparaciones.
 
Los ejercicios de memoria comunal son un modo reivindicativo de la conciencia e identidad comunal; asimismo, es un derecho que la sociedad conozca lo que ocurrió a partir de lo recordado y narrado por los mismos actores que vivieron los lamentables acontecimientos.
 
Tomando en cuenta esto, las “Rutas por la Memoria”, planteadas por la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) como una reparación simbólica  a las víctimas de la ciudad de Lima, son un perfecto reconocimiento a dichas víctimas y colaboran de este modo con el proceso de construcción de la memoria local-histórica y colectiva como obligación del Estado en sus distintos ámbitos. Asimismo esto se encuentra avalado por el marco normativo respectivo.
 
Esperemos que esto no sea lo último que la MML plantee como ejercicio de memoria y reparaciones, y que se siga caminando hacia la construcción de un Plan Integral de Reparaciones Metropolitano. Miles de víctimas lo sabrán agradecer.
 
Por último, es bueno recordar que el Decreto Supremo 015-2006 aprueba el Reglamento de la Ley 28592 (PIR) y que dicho reglamento dice de manera explícita en su art. 5 que en Perú hubo un Conflicto Armado Interno (CAI), por lo que la MML solo estaría cumpliendo con la ley al promocionar las “Rutas de la Memoria” haciendo uso de dicha definición.