viernes, 10 de abril de 2015

Perú: Estado Laico guste o no


Hace poco el Proyecto de Ley sobre "Unión Civil No Matrimonial", entre personas del mismo sexo,  fue archivado en el Congreso en votación dada en la Comisión de Justicia y Derechos Humanos.  La mayoría de integrantes de dicha comisión no tomo en cuenta que el proyecto de ley contaba con la opinión favorable de la Defensoría del Pueblo, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, el Ministerio Publico y el Poder Judicial. Prácticamente todos los argumentos vertidos por los congresistas que se opusieron, respondían a creencias religiosas y  se avalaban en argumentos sacados de la Biblia. No hubo argumento contrarios jurídicos o de carácter científico. Al parecer a  muchas personas se les hace difícil recordar que vivimos en un Estado Laico, es más, hay incluso autoridades que niegan que vivamos en tal.

Recordemos que un Estado Laico es aquel cuyo manejo de Gobierno es independiente de cualquier organización o confesión religiosa y por lo tanto las autoridades políticas no se adhieren en sus funciones a ninguna religión y sus creencias religiosas no influyen sobre las políticas públicas.

En muchos casos, diversas personas incluyendo autoridades, han argumentado que la misma Constitución Política del Perú le da el estatus de Estado aconfesional , es decir, que no se adhiere y no reconoce como oficial ninguna religión pero que puede tener acuerdos oficiales con organizaciones religiosas. El artículo en cuestión es el número 50 y dice: “Dentro de un régimen de independencia y autonomía, el Estado reconoce a la Iglesia Católica como elemento importante en la formación histórica, cultural y moral del Perú, y le presta su colaboración”.  Al respecto hay que recordarle a esas personas que ya la Defensoría del Pueblo aclaro en su “Informe especial: Reconocimiento constitucional de la Iglesia Católica como elemento importante en la formación histórica, cultural y moral del Perú” del año 2002, que resulta contrario a toda consideración técnica y sistemática que dicho parafraseo forme parte del articulado constitucional y debería eliminarse para que el referido reconocimiento no pueda ser interpretado como reconocimiento de que Perú es un Estado Aconfesional sino que es sólo una forma de expresar la voluntad declarativa del Estado respecto de la  situación de la Iglesia Católica.  

Otra argumento de estas personas es que  existe un acuerdo (concordato) firmado entre la República del Perú y el Estado de la Ciudad del Vaticano (aprobado por Decreto Ley 23211) mediante el cual, además de varias otras consideraciones, el Perú subvenciona económicamente a la Iglesia Católica. Habría que, también, recordarles que además de haber sido aprobado el 25 de julio de 1980 durante la dictadura de Morales Bermúdez, se basó en la Constitución de 1933 cuyo Título XIV (Religión) sí reconocía al Perú como Estado Aconfesional (La Constitución de 1979 recién entro en vigencia el 28 de julio de 1980). Dicho sea de paso, producto de este acuerdo el Perú subvenciona  hasta el día de hoy sólo a dicha iglesia, incluyendo dentro del presupuesto nacional del año 2015 un monto de S/.2’603,000.00 para ella.

Por último, hay que tener muy en cuenta que el Tribunal Constitucional, a través de la sentencia que figura en el EXP. N.° 06111-2009-PA/TC, ha dejado en claro que nuestra Constitución y por ende el Perú  se rige por un “Principio de Laicidad del Estado”, es decir, estamos en un Estado que se autodefine como Laico o ente radicalmente incompetente ante la fe y la práctica religiosa. Esto ha sido confirmado por sucesivas sentencias del mismo TC a lo largo de los últimos años. Entonces, queda ser firmes  en la lucha por el respeto al Estado Laico y que aquellas personas que profesan diversas fes no las involucren cuando de decisiones sobre política públicas se trate.

miércoles, 1 de abril de 2015

¿Disolver, disolver?


Gano la censura a Ana Jara, por ende cayo todo el gabinete. Se percibe esto como un triunfo del fujiaprismo pero en realidad la censura contó con el apoyo de distintas bancadas y básicamente solamente con la oposición del nacionalismo.

Dado lo ocurrido, se comenta mucho la potestad que le da la Constitución Política del Perú al presidente, ya que en su artículo N° 134 dice: “El Presidente de la República está facultado para disolver el Congreso si éste ha censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros”. Eso quiere decir que si el Congreso de la Republica no le da el voto de confianza al próximo gabinete, el presidente Ollanta Humala puede disolverlo. Disolver el Congreso involucra convocar a nuevas elecciones legislativas; las y los nuevos congresistas electos solo asumen el cargo por el  período constitucional del Congreso disuelto. No se trata de elecciones anticipadas como algunas personas han creído y el cargo de presidente no varía.

Mucha gente alza su voz pidiendo disolver el Congreso, incluso se especula que el presidente Ollanta Humala podría de colocar de Primer Ministro(a) a alguien que haga inviable que el Congreso le dé su voto de confianza con lo que automáticamente podría hacerlo. El Congreso de la Republica es la institución del Estado con menos aprobación y disolverlo es una medida que tendría popularidad. ¿Haría algo así Ollanta? Creo que es complicado; una medida popular no necesariamente se convierte en votos y nuevas elecciones legislativas, con los índices de baja popularidad de Ollanta y la alta intención de voto de Keiko y Alan, significaría quedarse sin la cantidad de congresistas que tiene actualmente el nacionalismo. El mismo fujimorismo podría poner en peligro la cantidad de congresistas que tienen actualmente y solamente el Partido Aprista Peruano y el partido de PPK lograrían, hoy por hoy, colocar bancadas dentro de sus probables expectativas.  

Podríamos hablar de más escenarios pero lo que me preocupa es que tenemos mucha gente que alardea de ser “muy demócratas” u otras que se dicen de “izquierda democrática” queriendo desmarcarse de una supuesto izquierda menos democrática,  siendo ahora los(as) primeros en pedir disolver el Congreso como si con eso el Perú ganase algo o como si esta medida constitucional fuese de por si una muestra de la democracia perfecta queriendo olvidar que la última vez que paso algo así en el Perú fue ese nefato 5 de abril del año 1992.