¿Una persona paga menos impuestos por su orientación o
identidad sexual? No. ¿La Constitución Política de Perú valora menos a las
personas por alguna razón? Tampoco. ¿La homosexualidad es una enfermedad? No, y
la Organización Mundial de la Salud es clarísima en eso. ¿Las leyes del Perú dan
distintos deberes a las personas por ser heterosexuales? No. Y así podría
seguir con decenas y decenas de preguntas similares y la respuesta siempre
seria la misma.
A pesar de todo eso vivimos y crecemos en una sociedad en
donde las personas de la comunidad LGTTBI son discriminadas, repudiadas,
insultadas y muchas cosas peores aun. Nos enseñan a decirle “marica” al
cobarde, “machona” a la mujer fuerte y desde pequeños nos dicen que los
homosexuales son “raros”. Con los años nos damos cuenta que incluso en algunos
Derechos básicos las personas de dicha comunidad son discriminadas. Tuvieron
que pasar muchos años, muchas luchas, muchas peleas para que por fin se empiece
a crear algo de conciencia acerca de este mal social que es la discriminación,
muchas y muchos lo entienden, pero grandes sectores de la sociedad pregonan la
homofobia a través de medios y muchas veces haciendo uso de posiciones en el
Estado para bloquear Políticas Públicas que ayuden a erradicar esas malas prácticas.
Hay avances a nivel de Gobiernos Locales y Regionales en la lucha contra la
discriminación por orientación sexual pero a nivel de Gobierno Central aún hay
mucho que hacer.
Una de las cosas que tampoco pueden hacer las parejas del
mismo sexo en nuestro país es formar una sociedad conyugal, por más años que
estén juntos, por más amor que se tengan, la sociedad y el mismo Estado no les
reconocen ningún derecho de pareja, cosas tan simples como decidir sobre los
bienes adquiridos en común o que hacer en caso de enfermedad grave. Nuestro
Código Civil solo permite los matrimonios entre un hombre y una mujer.
Desde el Poder Legislativo ha habido iniciativas para que en
el Perú las personas del mismo sexo puedan tener un modo de unión que contemple
los derechos correspondientes que solo los tienen las parejas heterosexuales.
Desde el año 1993 con Julio Castro, o en los últimos años con Javier Diez
Canseco se han dado iniciativas buscando otorgar
los mínimos derechos a esta comunidad. Hace pocas semanas se ha dado uno nuevo con el Proyecto de Ley denominado “Unión
Civil no Matrimonial” del Congresista Carlos Bruce que busca, creando una nueva
figura jurídica, que exista una sociedad ganancial en la cual las parejas del
mismo sexo adquieran derechos que hasta ahora les son esquivos, entre otras
cosas. Esta última propuesta viene recibiendo críticas que intentan mostrar fuerza pero no
he leído o escuchado hasta el momento, y sé que no aparecerá, algún argumento
científico o legal que sirva para oponerse a dicho proyecto de ley. Decir que
se opone a lo “natural” o que atenta contra el matrimonio heterosexual y sin
mostrar estudios o pruebas de eso, solo es muestra de lo fácil que es hablar y
publicar sin siquiera leer o investigar realmente sobre un tema.
Yo creo que lo ideal es el Matrimonio Igualitario, pero
también soy consciente que en una sociedad conservadora en la que las ideas
religiosas tienen mucha influencia y para la gente es difícil separarlas de
las decisiones del Estado, contar con la figura que nos propone Bruce sería un
avance y estoy convencido que tenemos que apoyarlo. Pensemos en Francia o en
Uruguay que aprobaron leyes similares a la de Bruce hace algunos años y
ahora finalmente tienen el tan esperado Matrimonio Igualitario, así que por
ahora digamos #UnionCivilYa