Imagen tomada de CNN en Español
Casi 35 millones de personas en edad electoral hay en Colombia. Casi 35 millones de personas que
podían decidir el destino de su país a través de su voto en el plebiscito que
aceptaba, o no, el Acuerdo de Paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC). Colombia, un país con casi 49 millones de habitantes se alistaba el fin
de semana para decidir.
El día domingo 02 de octubre, aproximadamente fue a votar el
38% de la población electoral colombiana; el ausentismo llegó al 62%, siendo más
alto que el promedio que siempre se da en Colombia, país que debemos recordar
tiene voto facultativo. Días antes, las encuestas mostraban que el “Sí” ganaba
con 3% o 4% de ventaja. A pesar de esto último, los resultados fueron
distintos: El “No” ganó con el 50.21%, apenas 54 mil votos por sobre el
“Sí”. Un poco menos de 6 millones y
medio de personas decidían, así, el
futuro de Colombia, apenas el 18.6% de la población electoral, aproximadamente,
había elegido decirle “No” al Acuerdo de Paz. Apenas un poco más del 13% de la
población total de Colombia ha decidido el futuro de su país con respecto a la
guerra interna.
Algunos de los resultados que más resaltan es que el voto
urbano fue en mayoría a favor del “No” y el voto rural fue por el “Sí”. Yendo más allá con estos resultados, podemos
ver que es en las zonas más afectadas por el conflicto en donde gana el “Sí”
por amplia mayoría. Por ejemplo, en Bojayá, lugar en donde murieron más de 100
personas en una iglesia por culpa de una bomba colocada por las FARC, cosa muy
simbólica para una población mayoritariamente creyente, el “Sí” obtuvo una
arrolladora victoria con casi el 80% de los votos. De acuerdo con el portal web
“La Silla Vacía”, de los 81 municipios más afectados por el conflicto, según la
Fundación Pares, en 67 ganó el “Sí” y apenas en 14 ganó el “No”. Es el pueblo
más afectado por la guerra el que pedía
que la paz llegue ya.
Pero ¿entonces qué fue lo que pasó? ¿Por qué gano el “No”?
Las respuestas a esta última pregunta pueden ser varias, se puede plantear más
de una explicación y, aunque alguna nos pueda parecer más certera que otra, es
hasta probable que no sea una sola.
Siempre se dice que las encuestas no son certeras y esto en
parte es cierto, por algo ellas mismas siempre incluyen el ya conocido “margen
de error”, pero esa no parece ser una explicación que por sí sola nos haga
entender lo que ocurrió con el voto. Una cuestión que también habría que tomar
en cuenta es que si bien las encuestas mostraban la intención de voto, esas
mismas no medían si las personas irían o no a votar. ¿Podrían estas mismas
encuestas haber generado confianza en votantes por el “Sí” y eso hizo que se
ausenten? Aunque aún no hay un estudio hecho sobre las ausencias, el alto
porcentaje alcanzado hace que tampoco podamos dejar de lado esa idea.
Es bueno también recordar que Santos no estaba obligado a
someter a un plebiscito el Acuerdo de Paz. Sobre eso se dicen dos cosas: Primero,
que realmente quería respaldo popular para ratificarlo y que la población
sintiera que era un acuerdo de todas y todos. Segundo, que en realidad lo que deseaba es alcanzar niveles
de popularidad mayores a los que puede haber tenido cuando ganó las elecciones que
lo llevaron a la presidencia. Si una parte de la población tomó como una
“medición de popularidad” el plebiscito, no es de extrañar que haya perdido el
“Sí”, así haya sido por poco.
Otro fuerte factor a tomar en cuenta ha sido la fuerte guerra
sucia que hubo contra el “Sí”. La derecha “uribista”, al igual que en otros países
cuando hay elecciones, se dedicó a
bombardear con propaganda que equiparaba el votar por el “Sí” con
convertir a Colombia en un país al estilo del comunismo soviético, o enfocando
el plebiscito como si se fuese a votar a favor o en contra del aborto o del
matrimonio igualitario. Estos factores son determinantes en un país creyente y conservador.
Por último, sin duda alguna para una parte de la población,
si bien la paz era una importante meta, lo que se le concedía a las FARC en el
acuerdo iba más allá de lo necesario. Se escucharon muchas críticas a la
representación parlamentaria que se le prometió a las FARC así como también al
grupo de seguridad armado que se dijo podían mantener (si bien aparentemente era
para evitar la mala experiencia de lo sucedido con el M-19). Son varios factores de este tipo los que
probablemente animaron a personas a votar por el “No”.