Diez años ya desde que la Comisión de la Verdad y
Reconciliación (CVR) hizo entrega pública de su Informe Final (IF). La historia
de lo que ocurrió en el Perú entre mayo del años 1980 y noviembre del año 2000
con más de 17000 testimonios de
víctimas, recomendaciones y conclusiones. Casi 70 mil Peruanas y Peruanos muertos o
desparecidos. Más de la mitad culpa de las hordas terroristas, más de un tercio
culpa de los agentes del Estado (PNP, FFAA, CAD).
Ya hoy el Registro Único de Victimas (RUV) del Consejo de
Reparaciones (CR) acredita casi 200 mil víctimas directas e indirectas del CAI,
entre muertos, desparecidos, torturados, personas que sufrieron violación sexual
u otros tipos de afectación. Un Registro, que a pesar de la voluntad de las
personas del CR ha sufrido fuertes problemas de falta de financiamiento que le
posibilite descentralizar mejor su trabajo y llegar a zonas afectadas muy distantes
geográficamente.
Miles de víctimas que solo buscan Justicia, Memoria y Reparación.
Una reparación que a los largo de los últimos gobiernos ha sido prácticamente dejada
de lado, incluyendo a este gobierno, a pesar de las promesas iniciales del
señor Ollanta Humala. Una reparación económica que no consideran justa y que
aun así solo ha sido entregada a un tercio de las víctimas, reparaciones en educación
que no llegan ni al 10% de los beneficiarios, reparaciones en vivienda inexistentes o incluso intentos de reparación simbólica
fuertemente criticados por la derecha y el fujimorismo con la complicidad de
muchos medios de comunicación.
Pero hay voluntad de muchos, lo demuestra el Gobierno
Regional de Junín o la Municipalidad Metropolitana de Lima, ambos con avances
en memoria y reparación. Hay mucha gente aun luchando, hay mucha gente aun
apoyando, hay partidos que aun levantamos el tema como bandera de lucha y
propuestas programáticas. No podemos permitir que las victimas esperen más años,
tenemos que seguir exigiéndole reparaciones y sensibilizando a las autoridades regionales
y locales, tenemos que seguir exigiendo Justica, tenemos que lograr que el
Gobierno Central, que el señor Ollanta Humala deje de agachar la cabeza ante el
señor Castilla y se aumente la reparación económica a las víctimas, una reparación
que sea justa y reconozca, al menos en parte, la larga espera y sufrimiento.
Justicia, Reparación y Memoria, son
claves para la reconciliación.
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