jueves, 24 de octubre de 2013

No salgas con escote


“Anda a lavar ropa nomás”, “mamacita qué buen trasero”, “eres mujer, dedícate a tu casa”,  “Mi amor, con esa falda me vuelves loco”. Estas y muchas otras frases las escuchamos cotidianamente  en las calles, en las casas, en los centros laborales, en todos lados, y hasta son incentivadas por los medios de comunicación. Basta ver el ejemplo que dan los programas que se dicen cómicos o hasta algunas series nacionales en las cuales el machismo, la homofobia y el racismo son parte  natural de sus guiones.

Si bien en el Perú contamos con una “Ley de prevención y sanción del hostigamiento sexual”, ley 27492, esta contempla sólo cuatro espacios de competencia: Centros de trabajo, centros de estudio, instituciones policiales y militares y por ultimo a otros tipos de relación laboral existentes en el Perú. Como se puede apreciar la calle no está dentro del marco de dicha ley. Por su parte, en el Código Penal tenemos el artículo 183 que sin ser específico para el acoso y/u hostigamiento callejero, castiga con pena privativa de la libertad a aquellas personas que en lugares públicos realicen gestos, tocamiento o algún otra conducta de índole obscena. Como se observa, los mal llamados “piropos”, los “sireos”, y más no son parte de los delitos punibles.

¿Cuántas veces más tendremos que escuchar a delincuentes que intentan justificar tocamientos indebidos y hasta violaciones diciendo “ella sonreía mucho”, “pero para qué sale con ese escote”?  ¿Hasta cuándo tendremos un estereotipo de “mujer buena”?  ¿Por qué cada quién no debería vestirse como se sienta más cómodo o cómoda? Creo que las respuestas no pasan ya por un marco normativo que siga penalizando pero que muchas veces o no es conocido o no es aplicado, creo que lo que debemos hacer es esforzarnos por crear conciencia, por sensibilizar. Debemos exigir que desde el colegio, y mediante una adecuada orientación y educación, los patrones sociales que incitan a estos problemas sean superados. Debemos alentar sanciones sociales contra aquellos  y aquellas que incitan y/o difunden como algo “normal” el acoso, sean personas, instituciones o medios.

Porque no debemos de dejar de creer que es posible, que el cambio, poco a poco, puede darse.

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