sábado, 9 de noviembre de 2013

¿Paz en Colombia?


El grupo auto denominado “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia” (FARC), fue fundado a mediados del  año 1964. Tenía  como base militantes de antiguos grupos guerrilleros en territorios que ellos llamaban “liberados”. Formalmente, pasó a llamarse FARC a partir de 1966 y se reivindicaron como brazo armado del Partido Comunista. Aunque a lo largo de los años ha sido considerado un grupo guerrillero por muchos,  gran parte de sus acciones han hecho que sean considerados como un grupo terrorista por  varios países, gobiernos y por gran parte de la opinión pública.

A lo largo de su historia, las FARC y el gobierno Colombiano han entablado varias negociaciones para hallar una salida pacífica a la guerra interna que  sufre este país durante  tantos años y,  aun cuando  hay “frentes” de las FARC que han dejado las armas, nunca se ha llegado a una solución total.

Cuando en Colombia ganó la presidencia Juan Manuel Santos, muchas personas veían en él al “delfín” de Alvaro Uribe, ex presidente fuertemente relacionado a los grupos paramilitares colombianos y  opositor tajante a las negociaciones con las FARC.  Por eso causó  grata sorpresa cuando en setiembre del 2012 se anunció que se estaban entablando serias negociaciones con las FARC para llegar a un acuerdo de paz. Estas negociaciones habían comenzado secretamente meses antes del anuncio público e iban, por lo anunciado,  en buen cambio, tanto así que en mayo se firma el primer acuerdo sobre la cuestión agraria que tenía como puntos el desarrollo económico y social de las áreas rurales y la entrega de tierras a las personas que viven en ellas. Hace tres días (miércoles 06 de noviembre del 2013) se dio a conocer el segundo acuerdo tomado entre las FARC y el gobierno Colombiano, acuerdo sobre la participación política de la guerrilla y movimientos sociales. Este acuerdo incluye garantías para la oposición política, nuevas medidas para impulsar la participación ciudadana y la promesa de que se modificará el sistema electoral colombiano.

Lo más importante de este último punto de acuerdo es que permitiría que al dejar las armas todas las personas que han pertenecido a las FARC puedan reintegrarse al sistema legal colombiano, incluso participando electoralmente, constituyendo partidos políticos. Este ha sido uno de los puntos quizá más controversiales para la opinión pública, pero a su vez uno de los principales para los miembros de las FARC. La firma de este punto permitirá que se vuelva a repetir lo de la Unión Patriótica, partido político firmado por personas que dejaron las armas, pero con las garantías de que no ocurra la masacre a la que fueron sometidos 5000 de sus militantes por parte de los paramilitares de derecha.

Toca ahora hacerle entender al pueblo colombiano la importancia de los acuerdos y de que llegue la paz a su país. Toca también dejar de lado posiciones como la de Álvaro Uribe quien intenta, con el apoyo de algunos medios de comunicación, impedir la firma de los acuerdos con las FARC. Por último, hay que hacerle sentir a Juan Manuel Santos que a pesar de las diferencias políticas que se pueden tener con él, va por buen camino en la tarea por la búsqueda la paz en Colombia, paz que no han podido vivir por casi 50 años.

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